Este año ha sido sin duda el año del Txorierri. Ese es el balance más positivo que podemos sacar de toda la temporada. Nuestro equipo comenzaba el año poniéndose las pilas y configurando una nueva plantilla, dejando que sangre nueva viniera al deporte y sangre vieja se retirara de la competición. Además, barrenadores que por diversos motivos han ido dejando los equipos de otros años, bien por comodidad, diferencias o por gusto, han acabado fichando por Txorierri y formando parte de esta pequeña gran familia. Así pues, con las fichas de todos los miembros en la mano llegó la hora de comenzar a preparar la temporada y escoger cual iba a ser el equipo titular por el que apostáramos a fin de participar en liga, el campeonato central y más importante de todos cuantos ofrece la barrena.
Tras varios entrenamientos y pruebas, optamos por la configuración de equipo que nos ha llevado a proclamarnos campeones de liga. Juntábamos a dos de los veteranos, Iñigo Aurrekoetxea (Gotxa) y Aitor de la Concepción (Kurro) con dos nuevos fichajes, provenientes del equipo de Ortuella, Jesús Herboso (como segundo barrenador) y Carlos Pueyo (como botillero). Dada nuestra forma de competir en liga, basándonos en equipos de cinco personas contando al ayudante (que entrega las barras, controla el tiempo, el orden de las puntas de las barras y la salud de estas durante la prueba) también hemos contado con el resto del equipo para diferentes pruebas, hasta con seis personas al mismo tiempo, dado que uno de nosotros tendría que hacer de juez de piedra para un equipo rival. Esos puestos han sido ocupados, en calidad de ayudantes, por Rubén Gutiérrez y por Aitor Álvarez, mientras que como jueces han participado Igor Benito y Agustín Merino.
En la primera prueba de liga, celebrada en la III. Euskal Jaia de Zierbena, en el bonito paisaje del barrio de 'El Puerto' el día 10 de Mayo de 2009 tuvimos que probar si el equipo elegido tenía posibilidades de dar guerra y tanto es así, que nos hicimos en la primera Txapela. También observamos allí que íbamos a estar bastante igualados al equipo de Gallarta, repleto de veteranos y también algún nuevo barrenador. Las siguientes pruebas se disputaron en Ortuella y en Gallarta (territorio hostil, entre comillas, por la rivalidad entre su equipo y el nuestro). En ambas pruebas pudimos con ellos y con el resto y logramos proclamarnos como líderes en el campeonato y juntar las tres primeras boinas de corrida. Eso, además de darnos mucho ánimo para seguir al pie del cañón, hizo que un equipo que en temporadas anteriores había pasado algo más desapercibido, comenzara a calar entre la afición y el colectivo con más fuerza, sonando más en las apuestas y en la megafonía de cada prueba, además de en la prensa general y local.
Finalizamos la liga haciendonos con el campeonato, contando muy especialmente la prueba de Bilbao, donde estuvimos a punto de no participar, como ya hemos hecho en años anteriores por una diferencia de pensamiento sobre las condiciones promocionales de la prueba. Sin embargo, al final nos vimos obligados a formar parte de ella, tanto por reglamentación como por interés, ya que ahí se iba a decidir la liga. Tanto fue así, que aprovechamos la rabia acumulada por tener que estar allí en contra de nuestra voluntad y forma de ver la competición y conseguimos ganar la prueba con una marcada diferencia sobre el resto de equipos y, además, alcanzar y rebasar la marca máxima histórica lograda nunca en una competición de barrenadores, haciendo 22 barrenos y 3 centímetros y superando el rekord de 21 barrenos y 1 centímetro que obtuvo el año anterior el equipo de Jaizubia.
Presentamos un total de tres parejas al campeonato por parejas, donde Iñigo y Kurro han quedado campeones en otras tres ediciones, pero este año tuvieron que abandonarlo antes de la final. Sin embargo, Bentxu y Agustín sí que llegaron a la final y dieron mucha guerra a los campeones de la prueba, Gallarta, yendo todo el rato emparejados a ellos y obteniendo la segunda plaza. En el campeonato de Euskadi por equipos, obtuvimos un tercer puesto, otra clasificación de honor en una prueba donde no pudimos estar el año anterior debido a esas diferencias con la prueba de Bilbao que comentábamos antes. Allí volvimos a dejar claro que además de un equipo campeón, este año hemos formado un equipo regular donde los haya, bajando apenas en una ocasión en toda la liga del segundo o primer puesto y quedando en puestos relevantes en el resto de las competiciones. Tanto es así, que en el campeonato individual Iñigo volvió a hacerse con otra txapela, esta vez la de tercer clasificado.
Acabada ya la temporada oficial, el balance que podemos hacer no es más que positivo. Hemos sido regulares, hemos ganado la liga, tenemos un subcampeonato de parejas y somos terceros de Euskadi y terceros en el individual. No hay muchos equipos que de una temporada anterior donde rozaban la parte baja de la tabla se hayan recuperado para subir a la parte más alta, por lo que estamos contentos, felices y orgullosos. Además, el logro más importante no es competitivo, sino personal: la superación tras cada prueba, el ambiente de equipo que hemos logrado mantener con gente de tan amplias procedencias y experiencias y el haber saltado a la red con este blog, habernos demostrado la prensa de nuestra comarca su apoyo constante y tener orientados otros proyectos para en adelante, fuera de temporada y hasta la próxima liga, mantener la forma, la comunicación y formar parte de otras modalidades deportivas, bien como entrenamiento personal, bien como fomento de esos Herri Kirolak que tanto amamos todos los componentes de nuestra asociación.
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